El mundo actual podríamos definirlo como un mundo tecnológico, en el cual la tecnología forma parte indispensable y fundamental de nuestras vidas: televisión, teléfonos motiles, ordenadores... un sin fin de instrumentos que nos facilitan la existencia y sin los cuales mucha gente se vería perdida e incapaz de hacer nada por si mismas.
En cambio hay ciertos aspectos y ciertas profesiones en las cuales no es el hombre el que depende de la tecnología sino la tecnología la que depende del hombre, me explico. Alguien imagina un mundo sin médicos, sin enfermeros o sin profesores? Yo creo que no. Ciertas profesiones no tendrían razón de ser sin el hombre. Me refiero a las profesiones basadas en las relaciones humanas, entre las que se encuentra la labor del profesor. Sabemos que los ordenadores y el resto de la tecnología son muy buenos medios para la adquisición de información, fuentes inagotables de conocimientos en los cuales es muy acertado apoyarse a la hora de enseñar. Pero no olvidemos que la función principal del profesor no es la de proporcionar conocimientos a los alumnos, sino la de educar, refiriéndome por educar al compendio de trasmitir conocimientos y enseñar a buscar esa información en diferentes medios que nos sirvan como fuente del propio conocimiento, así como la función principal y por la cual el rol de docente es irreemplazable: la de enseñar y trasmitir valores humanos.
En conclusión, es imposible imaginar el mundo de la docencia sin docentes, al igual que es imposible imaginar el mundo de la música sin músicos o el mundo de la pintura sin pintores. Mientras exista personas a las que educar estiran educadores.
miércoles, 23 de mayo de 2007
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