
Estas pizarras digitales están compuestas por un proyector, la propia pizarra y un ordenador, lo que encarece mucho el precio de este producto, una de las grandes trabas a las que las TIC deben de hacer frente. Pero el valor didáctico de este instrumento de trabajo supera con creces el valor económico que puedan tener, de esta manera estoy convencido que poco a poco se irán sustituyendo las pizarras convencionales por esta nueva tecnología. Son relativamente fáciles de manejar y su utilidad quedo patente en la clase practica a la que asistimos.
Mi conclusión es que estamos ante uno de los avances educativos a nivel tecnológico mas productivos de los últimos años, solo con las adecuadas financiaciones por parte de las instituciones correspondientes y con paciencia se acabaran instaurando en todos los colegios de España.